La vocación de servicio a la comunidad tuxpeña, es un legado recibido por el Ing. Iñigo Laviada Hernández de sus abuelos : Don Pedro Hernández Maldonado y Elena Ramírez de Hernández.
El Ing. Iñigo Laviada Hernández en la Finca Palma Sola , se entregaron sillas de ruedas para personas de escasos recursos económicos; gestionandolas através de la fundación "Pedro y Elena "; demostrandole a sus críticos que no necesita cargo público para seguir trabajando por los que menos tienen.
Sin equipo de ayudantía , el Ing. Iñigo Laviada Hernández cargaba y entregaba las sillas de ruedas a los beneficiarios, las cuales no son recursos públicos, pues fueron donadas en forma altruista ; sin ir acompañado de funcionarios federales en este evento, pues implicaría actuar en contra de sus principios morales, violentando el marco jurídico.
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