En Puerta:
Descalabros partidistas
Ahora sí se están definiendo las posiciones en cada una de las alianzas partidistas para la contienda electoral de este año, en lo referente a la gubernatura del estado de Veracruz, y sus consecuentes alcaldías y legisladores locales.
El glotón abogado asociado de Fernández de Cevallos, que juega a la política desde la Secretaría de Gobernación, Gómez Mont, volvió a hacer ruido no sólo en la prensa local sino en la prensa nacional. Después de una buena mariscada, sin el reposo tradicional, aglutinó a toda la dirigencia militancia de élite del partido de sus patrones, para instruirles de la voluntad ¿presidencial? acerca del proceso que se avecina en Veracruz. Nadie ratifica, todos niegan, pero el filtro fue efectivo y suficiente. El bueno es Miguel Ángel Yunes Linares. Primer descalabro.
Otro escenario: César Nava y Jesús Ortega dialogan, acuerdan irse juntos también en esta entidad y unir sus estrategias – intereses- para lograr un candidato común que no sería Dante por supuesto y que fortalecería a Yunes del PAN-PANAL junto al PRD. Coño, segundo descalabro.
Aún hay más: Beatriz Paredes y Manlio Fabio Beltrones luchan cuerpo a cuerpo contra Fidel Herrera, para decidir si sería Héctor Yunes o Javier Duarte. Un tercer descalabro.
De estos tres casos, se estima se produzcan rupturas, fracturas, huídas por imposición central, por acuerdos descarados y por luchas intestinas. Priistas que se moverían al PAN, panistas que abandonarían su “instituto político”, perredistas que mandarían al carajo al “Chucho” formalmente empanizado.
El poder en juego. Veracruz, el estado que más votos –rojos- ofrece al país, con un gobierno que ha logrado erradicar el desempleo, con alto crecimiento económico y en constante construcción de infraestructura carretera. Veracruz pieza en discordia para la transición del 2012, ante el reto de conservar un estado priista o propiciar que otras fuerzas políticas controlen la entidad.
Situación que facilitará rupturas en grupos políticos dentro y fuera de cada partido. Dante y Yunes Linares jalarían priistas descontentos, indecisos, además de los que ya tienen controlados. Buganza y Héctor Yunes harán lo suyo, con sus fieles seguidores y con militantes desencantados. Javier Duarte tendrá que “apechugar” la huída, y estructurar estrategias eficaces en el proceso que se avecina. Herviz buscará conciliar para asegurarse de la componenda chuchista. Los muchos perredistas conscientes, con solidez ideológica, abandonaran lo híbrido del partido para continuar en defensa del futuro nacional a través de la alianza Convergencia-PT, y sobre todo, junto a la sociedad civil que aglutina López Obrador.
Las dirigencias estatales de los partidos –grandes- continuarán en la indefinición. Un panismo dividido, al igual del perredismo destruido y con un priismo por colapsarse. Carvallo-Amadeo, Beltrán-Mexhua, Cabranis- Vázquez Cuevas, parejas disparejas de poder ficticio y sometidas a las dirigencias nacionales. Pasiones insanas que provocarán, además, luchas intensas, abiertas, sin piedad contra adversarios y simpatizantes ante una sociedad que estará a la expectativa. Dispendio irracional de recursos en tiempos de crisis y de alzas al costo de la vida cotidiana. Escándalos mediáticos de pasados y presentes privados expuestos a la luz pública sin pudor. Movilizaciones populares en espera de una lámina de asbesto, una promesa de alumbrado público o de encarpetado provisional. Rostros asqueados de mentiras, de promesas incumplidas, de saqueo sistemático de áreas verdes y de cobros escandalosos en gas, luz, y gasolina, Aumentos en maíz, azúcar, frijol, carne y cítricos.
Todo ello se pone en juego ya en esta primera etapa de la contienda: las alianzas, los acuerdos, las directrices centrales, la desesperanza de la ciudadanía.
La guerra de encuestas, dan alzas y bajas a cada contendiente. Ilumina rostros de esperanza o enfado por la cuesta abajo.
Encuestas por todos lados, sondeos, estudios de opinión que ofrecen datos reveladores, confirman expectativas grupales o desilusionan.
Una de ellas, realizada vía telefónica, a 27 cabezas distritales, que representan casi el 50% del padrón electoral, durante los días 25, 26 y 27 de enero. Apegada metodológicamente, con rigor estadístico, da resultados reveladores, ante dos preguntas: conoce al candidato y si hará un buen gobierno.
En ese orden, Dante Delgado registró un 86% con un 51%, de que lo conocen y confían en su buen gobierno. Yunes Linares reflejó un 52 y un 45. Buganza 35 y 42, Héctor Yunes 29 y 55, mientras Duarte 12 con 30%.
Datos que deben ser considerados en el proceso de selección que debe realizarse a quien más conocen y en quien más confían es a Dante, seguido de Miguel Ángel y delante de Buganza. Lo curioso es que la diferencia entre Héctor y Javier, está muy marcada, lo conocen más y esperan un mejor papel como gobernador a Héctor Yunes, mientras que a Javier Duarte pocos lo conocen y confían poco en su desempeño. Esto es importante para echar por tierra los amarres en el caso del PRI, evitar a toda costa la alianza PAN/PRD y dejarle vía libre a Yunes Linares. Dante Delgado debe redoblar la incorporación de la ciudadanía adscrita a las casas del movimiento y registro voluntario al gobierno legítimo, además convencer al perredismo digno de desligarse de los Chuchos.
Datos que se deben considerar con mucho detenimiento, aunque estos estudios sólo pulsan opiniones, siempre efímeras y volátiles en tiempo y forma. Pero no puede negarse que ofrecen información para una mejor toma de decisiones. Estabilidad o ruptura ahí está el problema. Madurez o encaprichamiento. Ahí está la “cuestión”.