GUILLERMO BASURTO ORIGEL.
Este fin de semana en la ciudad y puerto de Tuxpan, Veracruz, tuvimos la original visita y exhibición de la huestes del señor Cesar del Ángel, que seguramente será la envidia de muchos empresarios circenses. ¡El gran circo de los 400 pueblos!, debió anunciarse con bombo y platillo, o al menos con su tradicional tambora. Un elenco de al menos 200 nudistas.
Este fin de semana en la ciudad y puerto de Tuxpan, Veracruz, tuvimos la original visita y exhibición de la huestes del señor Cesar del Ángel, que seguramente será la envidia de muchos empresarios circenses. ¡El gran circo de los 400 pueblos!, debió anunciarse con bombo y platillo, o al menos con su tradicional tambora. Un elenco de al menos 200 nudistas.
La desilusión de los actores en la plaza de Tuxpan fue grande cuando no pudieron reunir a más de 10 almas de la ciudad, además del cartel local de periodistas que pululaban para obtener plácidamente la nota del día, entre medios impresos, televisivos y blogueros.
Se dice que al increpar el empresario circense al público asistente, sobre las causas por las cuales la población tuxpeña no respondía a su triste espectáculo, le informaron que los eventos que organiza el “Foro Sol” en las fiestas de carnaval, superaban en mucho su espectáculo, tanto en escenografía, fondo y calidad musical, como en la hermosura de las y los comparsistas. Le dijeron que el publico Tuxpeño, era un auditorio exigente en el atractivo de las damas y en la gallardía de los caballeros que se despojan de sus ropas, que para ese pobre espectáculo, mejor que se siguiera rancheando o que se fuera a ciudades con gente espantada, como el D.F. o la ciudad de Puebla.
Con tal afrenta el dueño de la compañía tildó a la población Tuxpeña de ignorantes del arte nudista, que no merecían su esfuerzo por traer un poco de cultura a estas tierras alejadas de la mano de dios, por lo que ordenó a sus enanos, que dejaran cuantos desechos orgánicos e inorgánicos pudieran en las de por sí sucias calles de la ciudad, además de mandar una fuerza punitiva a los principales restaurantes de la zona, como venganza por los agravios recibidos.
La ingenua clase política Tuxpeña, apostaba que no se trataba de un espectáculo de comediantes, sino de una manifestación política, pero al señalarles la ausencia total de oradores y ponentes que expresaran los agravios que los condujeran a tal movilización, la carencia de un pódium y demás elementos necesarios en una modesta manifestación social, tuvieron que reconocer… Si es verdad… se trata de un triste y nimio espectáculo.
Encarrerado el ratón, ni tardos ni perezosos los gerentes cerveceros, dueños de bares, cantinas, prostíbulos y casas de cita de la ciudad, se amotinaron e intentaron entrevistarse con el mandamás de Tuxpan, para pedirle equidad en el trato a los contribuyentes, exigiendo que al menos les permitan colocar en la calle y frente a sus negocios, unas vitrinas con chicas desnudas que inviten a los clientes. Asegurando y prometiendo calidad en el producto. Uno más, en la confidencialidad de su oficina, le dijo al oído: Jefe… ¿sabes cuánto pagan al municipio las vitrinas de Ámsterdam que también como Tuxpan es puerto? ¡Tanto como tu presupuesto anual! Nooo!… -dicen que se escuchó una voz exaltada- ¡Y, Hasta ahora me lo dices… estúpido!
Trascendió que las autoridades municipales, esas encargadas del orden, limpieza de la ciudad, promoción de la economía, turismo y cultura, enviaron una comisión de desagravio al iracundo empresario, para pagar por las pérdidas económicas que sufrió en la fallida representación, prometiéndole que si regresaba, le tendrían un gran contingente de paleros y acarreados… ¡A ver si Cumplen!.