El día de ayer el Instituto Electoral Veracruzano propuso que los candidatos a Gobernador del Estado, Diputados Locales y Presidentes Municipales de cada uno de los 8 partidos políticos podamos gastar en las campañas casi 400 millones de pesos, 3 mil 200 millones de pesos entre todos.
Para dar una idea, esta cifra es la mitad del presupuesto total de obras del Gobierno del Estado, y ocho veces el presupuesto total de los 50 municipios más pobres de Veracruz.
En 2004 el gasto autorizado fue de poco más de 85 millones de pesos para todas las elecciones, hoy se pretende que este gasto se multiplique por cuatro.
Como precandidato a Gobernador del PAN y Nueva Alianza me opongo a este acuerdo, porque legitima el derroche y el despilfarro en las campañas políticas, en momentos en que millones de veracruzanos sufren las consecuencias de una situación económica crítica.
No se justifica que los partidos políticos y sus candidatos gasten en campañas cantidades millonarias de recursos, cuando existen necesidades básicas no resueltas en materia de empleo, alimentación, seguridad, salud, servicios básicos.
Menos se justifica cuando es evidente que los recursos de uno de los partidos provienen del erario público, como quedó demostrado en las elecciones de 2007 y 2009, y se aprecia ya en la campaña que lleva a cabo, caracterizada por el acarreo, el dispendio y el derroche.
No hay ninguna razón para incrementar los topes, es mas, habría que reducir los autorizados en 2004 porque en 2010 los días de campaña de los candidatos a Gobernador del Estado de Veracruz se redujeron de 79 en 2004 a 49 en 2010, es decir, 30 días menos de campaña y pretenden autorizar más recursos.
En ningún lugar del mundo, que quede claro, en ningún lugar del mundo, las campañas políticas llegan a niveles similares de gasto.
Tampoco en otras entidades de nuestro país.
En el Distrito Federal, por ejemplo, con un padrón superior al de Veracruz en casi un 50%, el tope de campaña para Jefe de Gobierno fue de 49 millones de pesos, y en Veracruz se pretende que sea de 73 millones.
Con topes de gasto de ese rango se corre también el riesgo de que las campañas puedan financiarse con dinero sucio, lo que pondría en grave riesgo a Veracruz.
Por eso terminantemente me opongo.
Votaremos en contra de este acuerdo en el Instituto Electoral Veracruzano y si se aprueba acudiremos al Tribunal Electoral.
Por estas razones propongo lo siguiente:
1. Que el tope de campaña del candidato a Gobernador del Estado sea el mismo del año 2004 con una reducción del 40 por ciento, toda vez que el número de días de la campaña disminuyó en esa misma proporción, de 79 a 49 días.
2. Que para las demás campañas se tomen también como base los topes determinados en el año 2004, con reducciones proporcionales a los días de campaña que hayan disminuido.
3. Confirmo mi propuesta de que las elecciones estatales, distritales y municipales en Veracruz sean organizadas por el Instituto Federal Electoral, para garantizar imparcialidad y autonomía y también para ahorrar una importante cantidad de recursos.
4. Informo que el próximo lunes el observatorio electoral que viene funcionando desde que se iniciaron las precampañas dará a conocer el monto de lo que se ha gastado en la campaña interna del candidato del PRI a Gobernador.
Cuando concluya la nuestra haremos lo mismo.
Miguel Ángel Yunes Linares
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